La almohadilla de gel está hecha de gel médico de alto peso molecular, que distribuye el peso del paciente de forma uniforme. Al aumentar el área de contacto entre la parte del cuerpo y la superficie de apoyo, se reduce la presión entre ambos. Además, es elástica y no debe comprimirse por completo. Estas características son necesarias para reducir la presión sobre el cuerpo del paciente durante la operación. La almohadilla de gel tiene el efecto de la segunda capa de la piel humana y puede actuar como una "capa protectora" en la parte superficial del nervio, protegiendo a los pacientes sometidos a cirugía y previniendo eficazmente la aparición de úlceras por presión y lesiones nerviosas.
El uso de almohadillas de gel permite colocar al paciente en una posición quirúrgica adecuada, con un campo de visión completo, sin que se mueva durante la operación. Esto facilita la operación, acorta el tiempo quirúrgico y reduce los riesgos y las complicaciones.
Las úlceras por presión no solo causan sufrimiento a los pacientes, sino que también afectan su salud. La anestesia es un tratamiento con medicamentos llamados anestésicos. Estos medicamentos evitan que sienta dolor durante los procedimientos médicos. Los anestesiólogos son médicos que administran anestesia y controlan el dolor. Algunos tipos de anestesia adormecen una pequeña zona del cuerpo. La anestesia general deja al paciente inconsciente (dormido) durante procedimientos quirúrgicos invasivos. Después de una cirugía con anestesia, los pacientes a menudo experimentan un dolor inusual en algunas articulaciones y músculos al despertar, y la recuperación suele tardar varias semanas o meses. Esto se debe a que, debido a la anestesia, el cuerpo humano pierde la consciencia y permanece en una posición fija, y algunas articulaciones y nervios sufren una compresión prolongada. El cuerpo está sometido a una presión considerable durante un tiempo prolongado, lo que altera la circulación sanguínea. No puede adaptarse al suministro de nutrientes para la piel y el tejido subcutáneo, lo que provoca ulceración, necrosis y úlceras por presión.