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La restricción es más frecuente en los centros psiquiátricos de Japón

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Los pacientes que reciben tratamiento en hospitales psiquiátricos en Japón son restringidos físicamente con mucha más frecuencia que en otros países, según revela una encuesta internacional, una situación que uno de sus principales autores calificó de "anormal".

La proporción de pacientes atados a sus camas con cinturones especiales fue 580 veces mayor en Japón que en Australia y 270 veces mayor que en Estados Unidos, según muestra una investigación conjunta de Toshio Hasegawa, profesor de psiquiatría en la Universidad Kyorin de Japón, y sus colegas.

“Los hallazgos reconfirmaron que los institutos de salud mental en Japón recurren a un tipo de atención que depende en gran medida de la contención física”, afirmó Hasegawa. “Primero que nada, cabe reconocer que los pacientes son sometidos a contención con una frecuencia anormalmente alta en comparación con otros estados. Esto sin duda exige una revisión exhaustiva del trato que reciben los pacientes en los centros psiquiátricos de Japón”.

Los hallazgos fueron publicados en la revista psiquiátrica internacional Epidemiology and Psychiatric Sciences.

Científicos de Japón, Estados Unidos, Australia y Nueva Zelanda examinaron los datos disponibles de 2017 en cada nación y compararon el número de pacientes sometidos a inmovilización física diariamente en hospitales psiquiátricos de esos cuatro países.

La información sobre salud y bienestar emocional, publicada anualmente en Japón, reveló que 98,8 pacientes por millón de habitantes eran restringidos diariamente.

Las instalaciones para pacientes con demencia fueron excluidas de la estimación debido a que la práctica de Japón de hospitalizar estos casos difiere de la de otras naciones.

En Australia, 0,17 pacientes por cada millón de personas estaban encamados, según los resultados. En Estados Unidos, la tasa fue de 0,37.

Aunque la encuesta no comparó con precisión los mismos grupos de edad, Japón estaba muy por delante de Nueva Zelanda en la restricción de pacientes.

Mientras que en Nueva Zelanda se restringieron 0,03 pacientes por cada millón de personas entre 15 y 64 años, la tasa entre los japoneses de 20 a 64 años fue de 62,3, más de 2.000 veces mayor.

La frecuencia con la que se inmovilizaba a los pacientes variaba en las distintas zonas de cada país que participó en la encuesta.

En Japón, la tasa de contención osciló entre 16 y 244 pacientes, dependiendo de la prefectura.
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¿NO HAY ALTERNATIVA?

La práctica japonesa de inmovilizar a los pacientes durante largos períodos ha llamado la atención desde hace tiempo.

“A menudo, los pacientes son sometidos a restricciones físicas, aunque el número de psiquiatras por población no es tan bajo en comparación con otros países”, dijo Hasegawa. “Probablemente se deba a que los centros psiquiátricos tienen más camas que otros países, lo que resulta en más pacientes hospitalizados”.

Según la ley de salud mental y bienestar de Japón y otras reglamentaciones, los médicos de salud mental designados pueden recurrir a restringir el acceso de los pacientes si reconocen la posibilidad de que estos intenten suicidarse o lesionarse, muestran signos de hiperactividad e inquietud o existe riesgo de que la vida del paciente esté en peligro si no se hace nada.

El uso de este método se limita a cuando no haya otros medios disponibles.

La práctica de restringir a los pacientes ha sido criticada por privar a los individuos de su libertad de movimiento y dañar su dignidad, lo que ha llevado a muchos institutos médicos a trabajar para encontrar otras formas.

Aun así, existe una tendencia profundamente arraigada entre los proveedores de atención médica en Japón a considerar el método como “esencial para garantizar la seguridad”, citando una escasez de personal en los centros médicos y otras razones.

En 2019, más de 10.000 pacientes fueron inmovilizados para que no pudieran moverse en centros psiquiátricos de Japón, según una encuesta del Ministerio de Salud realizada a finales de junio de ese año.